Cuarto Domingo de Cuaresma
Primera lectura: 1 Sam 16, 1b. 6-7. 10-13a: David es ungido rey de Israel.
Sal 22: El Señor es mi pastor, nada me falta.
Segunda lectura: Carta a los efesios 5, 8-14:
Levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará.
EVANGELIO
Jn 9,1-41: Él fue, se lavó, y volvió con vista.
Nota: Si prefieres oír el texto del comentario que sigue, haz click aquí.
¿Ciegos o cegados?
19 de marzo de 2023

Sarcófago cristiano: Curación del ciego de nacimiento (segundo nicho a la izquierda).
Al pasar vio Jesús un hombre ciego de nacimiento. Le preguntaron sus discípulos –Maestro, ¿quién había pecado, él o sus padres, para que naciera ciego?
Contestó Jesús: -Ni había pecado él ni tampoco sus padres, pero así se manifestarán en él las obras de Dios. Mientras es de día, nosotros tenemos que trabajar realizando las obras del que me envió. Se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, soy luz del mundo.
Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, le untó su barro en los ojos y le dijo: -Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa “Enviado”). Fue, se lavó y volvió con vista.
Los vecinos y los que antes solían verlo, porque era mendigo, preguntaban: -¿No es éste el que estaba sentado y mendigaba? Unos decían: -El mismo. Otros, en cambio: -No, pero se le parece. Él afirmaba: -Soy yo. Le preguntaron entonces: -¿Cómo se te han abierto los ojos? Contestó él: -Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo: “Ve a Siloé y lávate”. Fui entonces, y al lavarme empecé a ver. Le preguntaron: -¿Dónde está él? Respondió: -No sé.
Llevaron a los fariseos al que había sido ciego. El día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos era día de precepto. Los fariseos, a su vez, le preguntaron también cómo había llegado a ver. Él les respondió: -Me puso barro en los ojos, me lavé y veo. Algunos de los fariseos comentaban: -Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no guarda el precepto. Otros, en cambio, decían: -¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejantes señales? Y estaban divididos. Le preguntaron otra vez al ciego: -A ti te ha abierto los ojos, ¿qué piensas tú de él? Él respondió: -Es un profeta.
Los dirigentes judíos no creyeron que aquél había sido ciego y había llegado a ver hasta que no llamaron a los padres del que había conseguido la vista y les preguntaron: -¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? Respondieron sus padres:.
-Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Ahora bien, cómo es que ve ahora, no lo sabemos, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, ya es mayor de edad; él dará razón de sí mismo. Sus padres respondieron así por miedo a los dirigentes judíos, porque los dirigentes tenían ya convenido que fuera excluido de la sinagoga quien lo reconociese por Mesías. Por eso dijeron sus padres: “Ya es mayor de edad, preguntadle a él”.
Llamaron entonces por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: -Reconócelo tú ante Dios. A nosotros nos consta que ese hombre es un pecador. Replicó entonces él: -Si es pecador o no, no lo sé; una cosa sé, que yo era ciego y ahora veo. lnsistieron: -¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Les replicó: -Ya os lo he dicho y no me habéis hecho caso. ¿Para qué queréis oírlo otra vez? ¿Es que queréis haceros discípulos suyos también vosotros? Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: -Discípulo de ése lo serás tú, nosotros somos discípulos de Moisés. A nosotros nos consta que a Moisés le habló Dios; ése, en cambio, no sabemos de dónde procede. Les replicó el hombre: -Pues eso es lo raro, que vosotros no sepáis de dónde procede cuando me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que al que lo respeta y realiza su designio a ése lo escucha. Jamás se ha oído decir que nadie haya abierto los ojos a uno que nació ciego; si éste no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada. Le replicaron: -Empecatado naciste tú de arriba abajo, ¡y vas tú a darnos lecciones a nosotros! Y lo echaron fuera.
Se enteró Jesús de que lo habían echado fuera, fue a buscarlo y le dijo: -¿Das tu adhesión al Hijo del hombre? Contestó él: -Y ¿quién es, Señor, para dársela? Le contestó Jesús: -Ya lo has visto; el que habla contigo, ése es. Él declaró: -Te doy mi adhesión, Señor. Y se postró ante él.
Añadió Jesús: -Yo he venido a abrir un proceso contra el orden este; así, los que no ven, verán, y los que ven, quedarán ciegos. Se enteraron de esto aquellos fariseos que habían estado con él, y le preguntaron: -¿Es que también nosotros somos ciegos? Les contestó Jesús: -Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero como decís que veis, vuestro pecado persiste.
Un mendigo ciego
Un poco antes de la curación del ciego de nacimiento Jesús había proclamado: Yo soy la luz del mundo (8,12) y, para mostrar esto, el evangelista narra la curación del ciego de nacimiento, figura de los que nunca han tenido oportunidad de ver. El ciego no va a buscar a Jesús, pues no ve, no tiene luz; es Jesús quien se lo encuentra por el camino. Además de ciego, es mendigo, depende totalmente de los demás, está necesitado de cuidados, no puede valerse por sí mismo, es un marginado total. Este ciego, que no tiene nombre, es una figura representativa de todos aquellos que, desde que nacieron, no han podido experimentar lo que significa la luz; de aquellos a los que jamás les ha sido permitido que conozcan su dignidad de seres humanos. Ciegos de nacimiento que malviven al margen de la sociedad, mendigando, sentados a la vera del camino, encarnación viva del sector oprimido del pueblo o si queremos expandir la imagen en plan global de los pueblos oprimidos de la tierra.
La antigua mentalidad
En tiempos de Jesús se pensaba que la enfermedad –sobre todo si era congénita- era efecto del pecado propio o del cometido por los padres. De ahí que los discípulos pregunten a Jesús: Maestro, ¿quién había pecado, él o sus padres, para que naciera ciego? La pregunta representa la ideología dominante del momento, según la que los males endémicos de la sociedad no se pueden achacar directamente a Dios, aunque se le atribuyen indirectamente: alguien que había pecado (el paciente o sus padres) había provocado contra sí mismo o contra sus descendientes la ira divina. Así que no había que preocuparse demasiado por los sufrimientos de los demás: siempre se debía a algún oscuro pecado.
En el AT, la ceguera es, con frecuencia, símbolo de la opresión que sufre el pueblo. Isaías había profetizado ocho siglos antes: “Aquel día oirán los sordos las palabras del Libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor y los pobres gozarán con el Santo de Israel” (cf. Is 29,18-19). Ciegos y sordos, en un plano simbólico, son los oprimidos y los pobres de la tierra. Para el final de los tiempos, Isaías anunciaba que “se despegarían los ojos del ciego y los oídos del sordo se abrirían” (35,5). El siervo de Dios, según el mismo profeta, tendría por misión “abrir los ojos de los ciegos, sacar a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas” (Is 42,7). Para Isaías, el Mesías habría de ser luz de las naciones (Is 42,6ss; 49,6ss) con la misión de abrir los ojos a los ciegos (Is 42,7; cf. 61,1 LXX).
¿De quién es la culpa?
Pero, según Jesus, la culpa de la ceguera no la tienen ni el ciego ni sus padres; la falta de luz se debe a la acción de la tiniebla (Jn 1,5), es decir, a la ideología del sistema opresor. De ahí la respuesta de Jesús a sus discípulos: “-Ni había pecado él ni tampoco sus padres, pero así se manifestarán en él las obras de Dios. Mientras es de día, nosotros tenemos que trabajar realizando las obras del que me envió. Se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, soy luz del mundo”.
Con esta respuesta, Jesús invita a sus discípulos a trabajar llevando a cabo su tarea liberadora de toda opresión.
La nueva creación
Llegados a este momento, Jesús pasa a la acción: “Escupió en tierra, hizo barro con la saliva, le untó su barro en los ojos y le dijo: -Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa “Enviado”). Jesús no consulta al ciego, porque, siendo ciego de nacimiento, no sabe lo que es la visión, ni puede desearla. No pretende, sin embargo, suprimir su libertad; va a ponerle ante los ojos el proyecto de Dios sobre el hombre; la decisión de obtener la vista quedará en sus manos. De él va a depender recuperar la visión.
El barro alude a la creación del hombre en el paraíso (Gn 2,7; Job 10,9; Is 64,7). Jesús reproduce ahora figuradamente aquella creación. Hace barro con su saliva. Se pensaba que la saliva transmitía la propia fuerza o energía vital; en este contexto, la saliva de Jesús toma el puesto del agua necesaria para hacer el barro. Con este gesto, el ciego comenzará una nueva vida, será un hombre nuevo, una nueva creatura. “Y le untó su barro en los ojos”. El barro modelado con la saliva representa al hombre nuevo nacido del Espíritu-saliva de Jesús. Jesús invita de este modo al ciego a ser hombre pleno, ungido por el Espíritu e hijo de Dios. Ahora toca al ciego aceptar la luz y optar libremente por ella; para ello tiene que cumplir la orden de Jesús de ir a lavarse a la piscina de Siloé (palabra hebrea que significa “el enviado”): “Fue, se lavó y volvió con vista”.
El conflicto: reacciones ante la curación
Una vez curado el ciego, el evangelista presenta dos reacciones: la de extrañeza de los vecinos y la de los de los fariseos que se vuelven al ciego y a sus padres para preguntarle sobre quien lo había curado, con la intención de desacreditar a Jesús, ya que no podían negar la curación:
̶ Entre los vecinos, unos identifican al ciego con el antes mendigo; otros, dicen que se le parece, pero que no lo es. Y es el mismo ciego el que confirma su identidad ante ellos y les cuenta lo sucedido: lo que le ha pasado se lo ha hecho “un hombre”: “Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo: -Ve a Siloé y lávate”. Fui entonces, y al lavarme empecé a ver. Le preguntaron: -¿Dónde está él? Respondió: -No sé.
̶ Y es ahora cuando comienza el conflicto con los entendidos en la Ley, los fariseos. Estos son los más activos entre los adversarios de Jesús y los que tienen de hecho el control sobre el pueblo. La acción de Jesús había tenido lugar en sábado, día festivo y de descanso, para dedicarse en exclusiva a Dios. Pero, para Jesús, no cuenta el día festivo ni los preceptos de la Ley. La prioridad la tiene el bien del ser humano. Sin embargo, los fariseos piensan que el que había curado al ciego no había actuado de parte de Dios porque no respetaba el sábado. El sábado –la ley del descanso sabático- por encima del bien del hombre: esta es la ideología farisea. Su Dios no se interesa por el hombre que sufre o está inutilizado; para ellos, lo inviolable es el valor supremo de la Ley.
Frente común contra Jesús
Ante la curación del ciego los fariseos, desconcertados, forman un frente común contra Jesús, intentando negar el hecho, interrogando a los padres del antes ciego y, ante la innegable evidencia, tratan de imponer al individuo su autoridad doctrinal: -“Reconócelo tú ante Dios”, le dicen. “A nosotros nos consta que ese hombre es un pecador”. Y el ciego replicó: “-Si es pecador o no, no lo sé; una cosa sé, que yo era ciego y ahora veo… Jamás se ha oído decir que nadie haya abierto los ojos a uno que nació ciego; si éste no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada. Le replicaron: –Empecatado naciste tú de arriba abajo, ¡y vas tú a darnos lecciones a nosotros! Y lo echaron fuera.
Al final, ante la actitud del ciego, toman una medida violenta, expulsándolo de la sinagoga, de la comunidad, marginándolo aún más de lo que ya estaba por ser ciego y mendigo.
A lo largo del relato, la confianza del ciego en Jesús va progresando: en principio era “un hombre el que lo había curado”; más adelante “un profeta” o “alguien que viene de parte de Dios”, y, finalmente, “el Señor” ante quien se postra.
Síntesis del relato
En síntesis, comenta Juan Mateos, “este relato del evangelio muestra cómo hay seres humanos (ciegos) que, sometidos desde siempre a la opresión, no sospechan siquiera lo que significa la verdadera condición humana. Son muertos en vida. La misión de Jesús es devolverles la luz y mostrarles la posibilidad de una vida libre y plena, más que con palabras, con la realidad que ellos mismos viven y con gestos que realicen la liberación. Tiniebla es todo sistema que provoca y consagra la falta de libertad, la sumisión permanente, la mutilación del hombre. Es ciego el que no conoce la dignidad del ser humano, aceptando la humillación y la falta de libertad hasta el punto de no percatarse de la anomalía de esta situación. La desgracia puede ser utilizada por las ideologías de poder para hacer olvidar al ser humano su dignidad. Así lo hacen convenciéndolo de que el infortunio es propio de la condición humana decaída e incluso dándolo como querido por Dios e irremediable; con ello se desentienden del hombre y niegan el amor del Padre.
¿Ciegos o cegados?
Me vuelvo ahora a nuestro mundo y veo cómo en nuestro entorno la radio y la televisión nos hace ver a diario la existencia de miles y miles de ciegos que nunca han visto la luz. Ciegos que han sido cegados de nacimiento, a los que no se les permite ver la luz de una vida digna.
Los migrantes
Para mí, hoy, entre otros, pues no son los únicos, estos nuevos ciegos-cegados son los migrantes que llegan por centenares en pateras para llamar a las puertas de Europa, esperando encontrar la luz de una vida digna, y encuentran barreras y fronteras por doquier para impedirles el acceso a la luz.
Europa y la política de fronteras
Cuando preparaba este comentario oí en la Cadena SER hablar de las fronteras que se están creando para impedir que esos ciegos tengan acceso a Europa (-y podríamos pensar también en otras fronteras como la del sur de Estados Unidos, por ejemplo). Quien hablaba en la radio era Blanca Garcés, investigadora senior del CIDOB (Centro de Información y Documentación Internacionales de Barcelona), alertando de la deriva “iliberal” de la Unión Europea en la gestión de sus fronteras.
En un enlace que indico al final de este comentario puede oírse o leerse el texto completo, del que he extraído solo algunos párrafos, pero cuya audición o lectura recomiendo:
“Existe una deriva iliberal sobre todo en el tema de las fronteras, dice la investigadora Blanca Garcés. Antes se producían devoluciones en caliente, pero se ocultaba, se hacía de noche y de forma discreta. Ahora se hacen a la luz del día, incluso – como en el caso británico – se pretende incluir en las leyes. Y no pasa nada, nadie dice nada.
El proyecto de ley de inmigración ilegal británico prevé que cualquier persona que llegue por vía ilegal a su territorio será devuelta a su país, y si no es posible a un país seguro, como Ruanda. Recordemos que el pasado mes de junio el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumbó un acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Londres y Kigali, para deportar directamente inmigrantes a Ruanda. Blanca Garcés apunta que muchas veces los gobiernos lanzan este tipo de propuestas como gesto político, para ganar tiempo o la opinión pública, y también para normalizar actuaciones que vulneran principios básicos del derecho internacional como el Convenio de Ginebra, de acogida y asilo y derechos humanos. La investigadora citada habla en uno de sus artículos de “necropolítica de fronteras” y reflexiona sobre cómo hemos ido incorporando a nuestra normalidad hechos que hace unos años nos escandalizaban: además de las devoluciones en caliente, las muertes en el Mediterráneo como el reciente naufragio en las costas de Calabria, con más de 70 muertos y varias decenas de desaparecidos; o que sigan miles de personas viviendo en campos de refugiados en fronteras europeas, o en el centro de ciudades como París o Bruselas donde hay gente durmiendo en la calle, campamentos a vista de todos a la espera de recibir el asilo solicitado.
Los estados y el derecho de asilo
Se ha extendido la criminalización e invisibilidad de estas personas, que no tienen derecho a existir y ni siquiera derecho a la vida. Por eso la ley del gobierno de Giorgia Meloni, que dificulta el rescate de migrantes en el mar, ha salido adelante. Los estados no están cumpliendo con su obligación de dar asilo y proteger, de respeto a los derechos humanos y las leyes internacionales. Y encima se apuntan al movimiento populista de echarle la culpa a las víctimas, a quienes están huyendo de sus países.
Gary Lineker
Denunciar en twitter la ilegalidad e inhumanidad del proyecto de ley de inmigración en el Reino Unido, le costó por unos días el puesto al presentador de televisión y exjugador de fútbol Gary Lineker, que ha tenido que ser devuelto a su puesto por la presión de sus compañeros de programa, tachando el proyecto del gobierno del Reino Unido como “una medida increíblemente cruel que va dirigida contra las personas más vulnerables, en un lenguaje que no difiere mucho del que se utiliza en la Alemania de los años treinta”. Lamentablemente Europa está adaptándose al relato de la ultra derecha en el tema migratorio. Es lo que denuncia la citada investigadora. Pero no solo esta.
Los fondos para el de desarrollo
Otra mujer, Sara Prestianni, responsable de inmigración y asilo de la Red Euromed Rights, ha desvelado que gran parte de los fondos para el desarrollo, el Fondo Fiduciario para África, va destinado a países que no respetan los derechos humanos y que se encargan de hacer de “tapón” ante los flujos migratorios. Es el caso de Italia con la guarda costera libia. Les destinan millones de estos fondos para que aumenten efectivos e intercepten las embarcaciones y las devuelvan a su territorio (Libia, un estado fallido donde se explota y tortura a los migrantes en campos de concentración). Prestianni denuncia que se está externalizando la gestión de nuestras fronteras, con fondos europeos a países que no respetan los derechos humanos, ni siquiera los de su propia población. Además genera una dinámica política internacional, abiertamente de chantaje. No hay más que recordar la postura de Marruecos en algunos momentos, o de Turquía. En realidad ¿Europa se está pegando un tiro en el pie con esta política?
Necropolítica
Otras noticias nos hablan de cómo Inglaterra y Francia acaban de crear un gran centro de inmigrantes, poniéndose de acuerdo, como muestra de asimilación de las propuestas que hacía la extrema derecha y de cómo hay consenso en aumentar el control de las vallas y las fronteras, control que no se limita a Italia o Polonia, sino a otros estados. Necropolítica en las fronteras en Hungría y Grecia, donde hemos sabido recientemente cómo hay vigilantes que roban el dinero a los migrantes y donde hay quienes mueren congelados en los campos de refugiados. Se han normalizado esas muertes. Sabemos cuántas pateras están a la deriva, tenemos información, pero ya lo hemos normalizado, es la otra cara de la otra frontera. Parece como si los estados tuvieran derecho a decidir quién tiene derecho a vivir.
Solicitudes de asilo en España
A veces la gestión de llegada de los refugiados se hace para la “foto”. Pasa cuando hay una emergencia puntual que toca la sensibilidad de la opinión pública, por ejemplo con la guerra de Ucrania, o con los afectados por una catástrofe natural… Pero en España tenemos un problema para dar respuesta a quienes quieren solicitar el asilo. Existe un colapso en la administración y, entre unos y otros, dejan a seres humanos en un limbo en el que no tienen ni dónde quedarse ni quién les atienda. En algunas parroquias les dan refugio, como en la de San Carlos Borromeo en Entrevías (Madrid). Javier Baeza, su párroco, denuncia que tiene a familias enteras durmiendo en el suelo porque la alternativa es hacerlo en la calle.
Son los ciegos a los que nuestra sociedad capitalista y neoliberal, rica y desarrollada, les está cegando la vida, impidiendo que puedan tener junto a nosotros una vida digna.
De suma actualidad
Las palabras de Jesús son hoy de suma actualidad:
-Yo he venido a abrir un proceso contra el orden este; así, los que no ven, verán, y los que ven, quedarán ciegos. Se enteraron de esto aquellos fariseos que habían estado con él, y le preguntaron: -¿Es que también nosotros somos ciegos? Les contestó Jesús: -Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero como decís que veis, vuestro pecado persiste
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Nota:
El documento citado más arriba se encuentra completo en:
-Blanca Garcés: “Cuando los estados pierden el miedo a actuar de manera ilegal”.
-Sara Prestiani: “Los fondos europeos para el desarrollo son, en realidad, para el control de las fronteras”. 11 de Marzo de 2023. Programa: A vivir que son dos días. Ser Podcasts.
-Audio:
https://cadenaser.com/audio/1678523775852/
-Texto escrito:
Recomiendo igualmente el comentario al texto del evangelio de Juan (9,1-41) en la obra de Juan Mateos, publicada originariamente por Ediciones El Almendro
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