Uno de mis temas apasionantes en la biblia es la presencia de los animales dentro de los textos literarios. Personalmente tuve la oportunidad de participar en una clase titulada “Los animales en la biblia hebrea” con el Prof. Ken Stone en Chicago (EE.UU.) y esto despertó mi curiosidad. Por una parte, creía que los animales no eran tan importantes en la biblia y pasaba por desapercibido muchas cosas. Sin embargo, cuando empecé a reflexionar varios aspectos de los animales en la biblia hebrea (A.T.) y cristiana (N.T.), percibí que varios animales son esenciales en la historia de la salvación. Ahora que estoy iniciando estas publicaciones en mi blog quiero hacer hincapié sobre la importancia de los animales en los textos bíblicos.
Me considero una persona apasionada de la Palabra de Dios, pero siempre busco una conexión con la realidad actual. Muchas personas biblistas en todo el mundo han enfocado sus interpretaciones desde un punto de vista histórico, político, filológico, religioso, económico y teológico dando prioridad a la misma humanidad. Sin embargo, existen nuevas interpretaciones donde los seres humanos y las culturas ahora están interactuando y explorando el mundo animal porque somos especies compañeras viviendo en una casa común. Uno de los datos que despertó mi curiosidad es cuando Ken Stone menciona que en los textos del Talmud (s. III – V d.C.) el uso de las pieles de animales fue necesario para la producción de los rollos de la Torá (Ley de Moisés). Por tanto, lo que hoy llamamos ‘biblia’ fue creada literalmente sobre pieles de cabras domésticas y salvajes donde están escritos los textos bíblicos. Esto no significa que la Palabra de Dios ya no sea digna porque se ha escrito en pieles curtidas de animales muertos. Por el contrario, los animales son parte de la historia de la salvación al preservar textos antiquísimos en sus pieles, y ahora en la actualidad las personas podamos leer esos mismos textos divinos.
Además, el estudio sistemático de la biblia sigue invitando a otras ciencias para que aporten sus conocimientos. Precisamente, la historiadora y zoóloga Donna Haraway llama ‘especies compañeras’ a todos los animales porque forman “relaciones colaterales con otras criaturas.” En otras palabras, los animales y las personas son ‘especies compañeras’ que están interactuando constantemente de una manera colateral. Aunque la Palabra de Dios se escribió hace miles de años, las interpretaciones que nos ofrecen otras ciencias siguen dando nuevas luces y significados al mensaje divino. Esto solamente es el inicio de nuevas plataformas bíblicas y hermenéuticas donde la Palabra de Dios sigue siendo actual e interpela a toda la creación (micro-vida, plantas, animales, personas y universo).
Cabe mencionar que los animales siempre han sido parte importante del pueblo hebreo a lo largo de su historia. De hecho, los primeros animales domesticados en el Antiguo Medio Oriente son los perros, después las cabras y al final las ovejas. El siguiente grupo numeroso de animales son las vacas de las cuales se han encontrado huesos en la mayoría de los sitios arqueológicos. En general, las ovejas son apreciadas por su lana, mientras que las cabras son capaces de sobrevivir en condiciones muy duras y proveen más seguridad al rebaño. Pero ambas especies son valoradas por su leche, lana, pieles, carne e incluso herramientas hechas de sus huesos y cuernos. En pocas palabras, Ken Stone concluye: “sin la presencia de las cabras y las ovejas, la historia de Israel que tenemos ahora junto con las religiones que tienen sus bases ahí no existirían.”
Estas reflexiones son solamente el inicio de un nuevo camino de interpretación sobre la importancia de los animales en la biblia. Esto implica un esfuerzo interdisciplinario entre biblistas y profesionistas de otras ciencias, para seguir enriqueciendo la Palabra de Dios y poder encontrar buenas nuevas actuales y desafiantes. El mundo bíblico está abierto para seguir explorándolo desde una perspectiva vegetal, animal y humana porque todo forma parte de la creación conviviendo en una casa común. Al finalizar este segmento, no pretendo desacreditar a tantas personas biblistas y otros profesionistas que siguen abriendo caminos en varios aspectos bíblicos. Sencillamente estoy compartiendo mis reflexiones e investigaciones sobre estas nuevas hermenéuticas que nos puedan ayudar a saborear y disfrutar la Palabra de Dios reflejada en la vida microbiológica, vegetal, animal y humana dentro de este gran planeta que llamamos ‘casa común.’
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